Poder comprender y conocer nuestras emociones es esencial para una vida rica en experiencias y buenas relaciones humanas. Si se empiezan a trabajar estas desde pequeños, probablemente los niños podrán desenvolverse de mejor manera en diversos contextos, manejando frustraciones y empatizando con otros.
Hay muchas dinámicas que puedes hacer en casa con toda la familia para trabajar las emociones y así, los niños vayan aprendiendo desde pequeños a comprender y abrazar sus emociones.
Trabajando las emociones en casa
La mejor manera de trabajar y enseñar las emociones a los niños es por medio del juego y los cuentos. Jugando pueden ponerse en diversos escenarios y circunstancias, que en el contexto de diversión permite que comprenda mejor situaciones más complejas. Los cuentos ayudan a que las personas se conozcan a sí mismas. Poniéndose en el lugar de los personajes los niños viven diversas experiencias emocionales.
Dinámicas hogareñas con relación a las emociones
- Dibujar emociones: junto con tu hijo pueden dibujar distintas emociones, partiendo quizás por la alegría, el enojo, algunas básicas que sean fáciles detectar para un niño. Esto puede ser dibujando un rostro que represente esa emoción, o incluso una situación en la que tu hijo se haya sentido de esa manera.
- Diccionario de emociones: quizás luego del ejercicio del dibujo pueden crear un diccionario de emociones, recolectando los dibujos bajo el nombre de cada emoción y como es que se manifiesta cada una. Si no, otra buena opción es buscar en revistas y diarios distintos sentimientos, tu hijo puede intentar determinar cual es cual y las van definiendo en el texto que creen entre ambos.
- Escuchas música y pintar: aunque no estén literalmente trabajando las emociones, la expresión artística es una forma muy entretenida y completa de aprender de estas. Pongan música, bailen y canten mientras se ensucian y pintan un papel en blanco. Acá tu hijo dejará expresar libremente sus emociones y estará en control de estas, plasmando sus sentimientos con pintura.
- Escucha lo que te rodea: una vez al día o cuando así lo deseen pueden detenerse, cerrar los ojos y escuchar activamente los sonidos de lo que los rodea. Esto puede ser tanto en la casa, en el parque, el supermercado, cualquier lugar. Esto funciona como una especie de meditación, relajará a tu hijo e incluso le permitirá conectar más profundamente con las emociones y sensaciones que tiene en ese exacto momento.
