El ritmo en el aprendizaje se entiende como el tiempo que cada persona necesita para integrar un aprendizaje nuevo. Y claro, el ritmo de cada individuo es diferente.
Respetando el ritmo de cada niño
No todos aprendemos a la misma velocidad. Hay muchos factores que pueden influir, nuestro entorno, la estimulación, la genética o enfermedades.
Es especialmente importante que se respete la etapa de educación inicial, donde se establecen las bases neurológicas para los siguientes aprendizajes. En esta etapa inicial es muy recomendable que cada individuo madure lo suficiente en cada fase de desarrollo antes de pasar a la siguiente.
El aprendizaje no es una competencia
Los niños aprenden jugando, y por ello el aprendizaje debería ir acompañado de curiosidad. El poder del descubrimiento en la motivación intrínseca es imprescindible para activar la curiosidad y mantener el deseo de seguir aprendiendo siempre.
Los niños siempre deben ser agentes activos tanto en casa como en la jardín o colegio de lo que aprenden, porque así podrán interactuar directamente con el aprendizaje y darse cuenta que la exploración, la curiosidad y la motivación son las mejores herramientas para descubrir y aprender cualquier cosa.
No respetar el ritmo de aprendizaje puede desanimar a los niños a seguir aprendiendo y explorando otras áreas.
