El año 2020 la concentración de millones de familias estuvo puesta en lo imprescindible: la salud, cuidarse del Covid, cuidar el trabajo y la salud mental.
La emergencia del Covid-19 ha generado desafíos importantes para la primera infancia, un grupo que en principio no es el más afectado por la pandemia. Pero el cierre de colegios y jardines infantiles, sumados al confinamiento en el hogar, los efectos directos e indirectos de las dificultades que ha vivid cada familia alteran de manera significativa el normal desarrollo de la vida de los menores.
El desafío de la educación en casa
En marzo del año 2020 toda mamá y papá tuvo que aprender un nuevo rol, ahora el de “educador”. La continuidad del aprendizaje y desarrollo se sumo a sus responsabilidades.
En Vitamina se trabajó y se continua trabajando en Rutinas Educativas a distancia para cada uno de los niños que asisten a nuestros centros, de manera de ser un apoyo constante para cada familia.
Pero la verdad es que aislamiento no solo ha afectado la continuidad de la educación infantil, sino que también ha presentado nuevos obstáculos para el desarrollo integral de los niños. Revisemos por qué.
El impacto de la educación inicial es clave
Este periodo (antes de los 6 años) es decisivo para desarrollar habilidades cognitivas de lenguaje, interpersonales, socioemocionales y para lograr un adecuado desarrollo físico.
Investigadores y diversos estudios llevan años diciéndolo: lo que ocurre en el cerebro humano los primeros años 5 años de vida es vital para el futuro. Es en este periodo (sala cuna), es cuando las neuronas crean un desarrollo inicial hacia sus ramas que permite que cada una de ellas se conecte una con la otra. Si pudiéramos resumirlo en una imagen sería como el de un bosque que florece.
