A partir de los 6 meses en general es cuando se comienzan a incorporar los distintos alimentos en la dieta de tu hijo y a veces los cambios pueden ser difíciles cuando queremos lograr rápidamente instaurar el hábito.
Al introducir la alimentación complementaria en ocasiones es difícil para un bebé acostumbrarse rápidamente a todos los cambios, entre los cuales se destacan; el uso de la cuchara, nuevos colores, sabores y texturas, por lo que es normal que al principio percibas que de cierta forma la rechace sólo porque no come toda la cantidad de comida o porque observas que no la traga de inmediato o devuelva parte de ella, sin embargo, es parte de la exploración de la nueva forma de alimentarse. Si percibes que con el paso de algunas semanas esto no avanza, puedes intentar con los siguientes consejos para ayudarlo a la hora de comida.
Consejos a la hora de comida:
- Introduce los nuevos sabores, texturas y aromas de a poco: es mejor las primeras veces, ofrecer papillas con sabores, texturas y aromas muy suaves, utilizando carne de pollo, pavo o vacuno, cereales como arroz, fideos o tubérculos como papas y mezclas de verduras sutilmente dulces como el zapallo camote o la zanahoria, dándole tiempo para que se adecue a ellos antes para pasar a otros con sabores y aromas más marcados y distintos. Si en el proceso percibes que hay alguna mezcla que le cuesta más aceptar no lo elimines del todo, vuelve a ofrecerla al cabo de algunos días bajando la proporción de los alimentos nuevos, es importante no desistir en esta etapa de exploración para instaurar el hábito de alimentarse variado desde pequeño.
- Primero poca cantidad: es importante que sepas que al comienzo no va a terminar su pocillo de papilla y postre y que las cantidades que debes ofrecer no deben superar los 100 grs de papilla y 50 a 80 grs de postre. Si bien en esta los nutrientes que debe recibir deben ser mayores y no se logran solamente con leche, debes tener paciencia y celebrar cada paso hacia adelante. Durante las primeras semanas, debes ser cuidadoso y pese a que no logres de inmediato la variedad de nutrientes, pues apoyar su alimentación completando el aporte calórico con la mitad del volumen de leche que acostumbraba a recibir antes en ese horario hasta que logre ingerir la porción completa de comida.
- Nunca comentas el error de mezclar su papilla con otros alimentos: en ocasiones caemos en la ansiedad de hacer cualquier cosa para que logre comer todo y rápido, y puede que se te ocurra mezclar la papilla que rechaza con el postre que ya acepta para “engañar su paladar”, esto es un error muy frecuente y muy desaconsejado por los expertos, pues lo que se obtiene es un ambiente de desconfianza a la hora de comer, que al ser tenso no predispone al aprendizaje a través de la exploración natural e incluso, puede suceder que el proceso retroceda a causa de ello.
- No lo obligues: a esta corta edad, no existen malos hábitos, pero tampoco buenos, esto es una oportunidad y un desafío a la vez, la oportunidad se encuentra en que su organismo se encuentra equilibrado y su sensación de saciedad no está alterado, razón por la cual debes aceptar cuando te indica con su lenguaje corporal que ya es suficiente cantidad, el desafío se encuentra en guiar y acompañar en la exploración de ésta nueva forma de manera tranquila y cómplice, observando sus reacciones y respetando pero sin desistir en guiar su cambio.
Lo más importante a la hora de comida es la paciencia
No lo fuerces a comer, ya que así terminará asociando la hora de comida con un mal rato. La clave está en la paciencia y la constancia, no te agobies si hay días que come menos, habrá otras oportunidades.
Este proceso puede ser difícil, pero si mantienes la calma y acompañas a tu hijo durante el camino, con el tiempo se irá haciendo más fácil. Si sientes preocupación por la salud o la alimentación de tu hijo, consulta con un especialista en nutrición infantil. .