¿Has escuchado hablar del frasco de la calma? Sí la respuesta es sí, ya sabrás lo útil que puede ser; y si la respuesta es no, te contamos que es una herramientas muy fácil que puede ser de gran ayuda cuando tu hijo se enoja, le da una pataleta o simplemente cuando necesita relajarse.
¿Qué es el frasco de la calma y para qué sirve?
El frasco de la calma es un frasco o botella relleno de brillantina y agua que está pensado para ayudar a los niños a reducir los estados de ansiedad y/o enojo. También sirve para estimular la concentración y la atención selectiva.
Mientras el niño lo agita, se liberan sus tensiones emocionales acumuladas y, cuando éstas se reducen y el niño deja de mover el frasco, el efecto de la brillantina bajando lentamente ejerce una acción relajante adicional que elimina todo rastro de enojo o ansiedad.
¿Quieres aprender cómo se hace? ¡Sigue leyendo!
Paso a paso para crear un frasco de la calma
- Una botella de plástico, preferentemente transparente y que no tenga etiquetas.
- Escarcha o brillantina, lo ideal es que sea de tonos claros porque son más relajantes.
- Pegamento glitter o transparente.
- Agua de la llave tibia.
- Colorante alimenticio para darle color al agua.
- Una cuchara sopera y otra de postre.
Pon el agua tibia dentro de la botella agua templada. Luego pon un poco de pegamento ya mezclado con la escarcha dentro y remueve bien.
Añade una gota de colorante alimentario del color que más le guste a tu hijo y vuelve a remover. El último paso es cerrar la botella y listo! La puedes sellar con silicona para que tu pequeño no la vaya a abrir.